La historia se desarrolla en Monstropolis, una ciudad habitada por todo tipo de criaturas.
En el corazón de la ciudad se ubica la planta de tratamiento de llanto infantil, la energía que necesita la ciudad.
Los monstruos visitan los hogares de los niños a través de las puertas de los armarios todos los días para recoger sus preciosos gritos y convertirlos en energía para la ciudad.
Un divertido minicíclope verde asistido por un gran monstruo, Sullivan, que sabe petrificar y paralizar sin tocar nunca, ya que cualquier contacto físico con un niño humano sería fatal.
Pero los tiempos son difíciles para el dúo terrorista, los niños no gritan tan fácilmente como solían hacerlo y la ciudad está al borde de una crisis energética.
Sullivan encuentra la puerta de un armario dejada sola en la fábrica desierta.
Cuando entra en la habitación, descubre que está vacía y pronto se da cuenta de que la niña que vive allí lo ha seguido al mundo de los monstruos.
Mientras que Sullivan está aterrorizado por el pequeño, porque cree que los niños humanos son venenosos, este no le tiene nada de miedo al monstruo.
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